La espalda una de las partes de nuestro cuerpo a la que menos atención prestamos, y eso provoca que ocho de cada diez personas adultas tengan dolor en esa zona.
Los dolores lumbares afectan al 15% de la población española.
No solamente suponen la primera causa de incapacidad laboral, sino que se estima que en torno al 90% de la población general sufrirá una lumbalgia a lo largo de la vida.
Además, si no se tienen en cuenta medidas para corregir las causas, se volverá a repetir.
Cruz Roja te recuerda la importancia de cuidar tu espalda.
Poner en práctica una serie de sencillas normas te ayudarán a mantener tu espalda sana y a mejorar los dolores generados en esa parte de tu cuerpo:
- Por ejemplo, practica ejercicio o, en todo caso, mantente físicamente activo y evita el sedentarismo.
- Por ejemplo, recuerda que el sobrepeso y la obesidad también son perjudiciales para la espalda.
- Por ejemplo, cumple las normas de higiene postural destinadas a realizar las actividades cotidianas de forma que la espalda soporte la menor carga posible.
- Por ejemplo, evita todas aquellas posturas que tienden a curvar, hundir o torcer la espalda.
- Por ejemplo, no mantengas durante demasiado tiempo la misma posición, ya sea sentada o de pie. Hay que realizar pausas, cambiando la posición del cuerpo y efectuando suaves estiramientos musculares.
- Por ejemplo, al barrer y fregar el suelo, asegúrate de que la longitud de la escoba o fregona es suficiente como para que alcance el suelo sin que te inclines.
- Por ejemplo, adquiere la buena costumbre de agacharte doblando las rodillas y manteniendo la espalda recta, en lugar de corvarla cuando tengas que recoger un objeto del suelo o levantar una carga. Una vez recogida, llévala siempre cerca del cuerpo y no la levantes por encima del pecho.
- Por ejemplo, dobla las rodillas para ajustar la ropa de la cama.
- Por ejemplo, súbete a una escalera o similar para limpiar los objetos que estén por encima del hombro.
- Por ejemplo, descansa una pierna en una pequeña tarima al planchar.
- Por ejemplo, para coger a los niños, actúa como si estuvieras cogiendo un peso normal.
- Por ejemplo, cuando vayas a la compra, reparte el peso en dos para llevarlo de forma equilibrada.
- Por ejemplo, a la hora de dormir, evita las almohadas excesivamente altas o dormir sin ellas, recordando que la mejor postura para tu espalda es dormir de costado con las piernas flexionadas.
¿Cuándo ir al médico?
Cuando no hay motivo aparente para tener lumbalgia; cuando dura más de lo habitual (considerando como normal 2 ó 3 días intensos y su desaparición en menos de 10 días); cuando no tiene una relación con el movimiento, es decir, que persiste en reposo o interrumpe el sueño; cuando se acompaña con signos de afectación general como fiebre, falta de apetito, adelgazamiento, depresión, etc.; cuando aparece en personas mayores fuera de la edad laboral; cuando se precede de un crujido brusco; o cuando el dolor se irradia a la pierna o produce sensación de fallo u “hormigueo”.
Algunos ejercicios para prevenir y combatir estos dolores
La mayoría de lumbalgias agudas ocurren por espasmo de la musculatura adyacente a la columna y por ello, lo más fácil es relajarla estirándola. Por ello se recomienda hacer estiramientos musculares suaves y progresivos. Si se trata de una lumbalgia crónica, se necesita un diagnóstico concreto para poder aconsejar un ejercicio u otro, aunque en general la idea es potenciar la musculatura anexa a la columna para que haga de sostén y equilibre cualquier movimiento de ese eje. Los ejercicios más indicados son los estiramientos, la natación o el ‘pilates’, entre otros.
Invierte en salud. Cuídate…por ejemplo.